viernes, 30 de enero de 2009

Soneto VI

Hay morbo por pasear junto al abismo
tentados por un pérfido alter ego.
Hay luz cuando el futuro esta mas ciego
y miedo a conversar con uno mismo

Verdad en este curso de cinismo.
Hay agua en aquel monte que hubo fuego
almohadas de intenso desasosiego
complejo disfrazado de eufemismo

Y vidas que se tornan hipotecas
al sexo, a la mentira, a la memoria
o al pulso exacerbado de las sienes

Hogares que son casas de muñecas
pendencias en la línea divisoria
y sueños de tener lo que no tienes

lunes, 26 de enero de 2009

Fantasmas

El sepelio de doña Mercedes se efectuó de un modo rápido y frío, entre la compañía y resignación de un reducido grupo de familiares. La anciana había apurado sus últimos días de vida en aquel pueblo que la vio nacer, crecer, gozar y sufrir. Ella y don Ramiro, su marido, eran los dos únicos habitantes del lugar. El hombre se jactaba de hallarse, a sus 87 años, en un estado de salud excelente, pero a partir de ese momento tenía claro que debería abandonar su casa para cobijarse en el hogar de sus hijos, residentes en Zaragoza. Esa misma noche tomaron todos rumbo a la capital, condenando al pueblo para siempre a un olvido del que solo podría despertar durante los meses de agosto, cuando los descendientes de los lugareños decidieran utilizar sus polvorientas segundas residencias para sanar las heridas de la ciudad.

Pero marchaba don Ramiro tranquilo, puesto que su difunta esposa, poco antes de expirar, hallándose en el umbral de los mundos, le confesó un secreto que lo tranquilizó. En el momento que un pueblo muere, cuando el último cuerpo que ha transitado sus calles deja de respirar, comienzan a figurar en él los habitantes que nunca existieron: El hijo que tanto ansiaron don Pedro y doña María, la novia por la que suspiraba Mateo, primogénito de Facundo el alguacil, el médico que reclamaron los lugareños tantas veces...
Y muchos más. Todos ellos toman las casas vacías e instalándose entre sus ruinas y recuerdos reanudan el día a día de la aldea. En ella la vida sin vida continúa, mas viva de lo que jamás estuvo. Sin ir mas lejos, el último rumor habla de un posible affaire entre el yerno perfecto que doña Aurelia siempre quiso tener y la alcaldesa valiente que hubiera conseguido un poco mas de prosperidad para aquel paraje.

Ya se sabe. Pueblos.

domingo, 25 de enero de 2009

Rebajas

Ayer estabas
en la puerta de El Corte Inglés
-el de Sagasta-
millones, billones de bolsas
coloreaban tus manos.
Robabas belleza a la luz,
plantabas tu vida, tu breve existencia
junto a una rejilla cansada.

Allí estabas,
no te saludé.
No espero conocerte hasta mañana

sábado, 24 de enero de 2009

Soneto V

El mundo, eterno pozo de conflictos
Cada cual con su mentira y su verdad
Ilusos, perseguimos con ansiedad
La paradoja de morir invictos

El cielo como celda, allí convictos
La utopía no es la vida, es la bondad
La busco mientras recorro la ciudad
Herido por mil perennes aflictos

No soy el responsable de mis actos
Si el cuerpo no me azota la conciencia
Ni entiendo cuando acaba lo que empieza

Tus gestos son mensajes siempre abstractos
¡Que culpa tengo yo si es la existencia,
un canto sempiterno a la tristeza!

viernes, 23 de enero de 2009

Soneto IV - Oda a Raquel

Cuando no te veo, te sueño, Raquel
Cuando despierto estoy en ti dormido
Cuando miento, intento hacer que te olvido
Cuando te toco tengo el alma en la piel

Porque eres poema no escrito en papel
Porque eres silencio en medio del ruido
Porque eres fiesta en un día aburrido
Porque eres tan dulce que amargas la miel

Y si no te abrazo soy una viuda
vestida de negro hacia el cementerio
perdida en el tiempo, casi olvidada

Te añoro vestida, también desnuda
sigo descifrando el verde misterio
que tiene tu hermosa y franca mirada

jueves, 22 de enero de 2009

Te quise tanto
que ya soy mas tuyo que mío
y me aprendió, el corazón vacío
a latir llorando en llanto

martes, 20 de enero de 2009

Soneto III

Soy un “te quiero” en un papel mojado
Soy un brindis en un vaso vacío
Soy tu lumbre cuando no sientes frío
Soy la estatua que medita a tu lado

Soy Adán en el hogar del pecado
Soy tan tuyo que no puedo ser mío
Soy la luna cuando llega el rocío
Soy proyecto de nación sin estado

Soy la falsa verdad de tus mentiras
Soy el sueño que se pierde en la almohada
Soy el ciego que te ve cuando miras

Soy ese tren que marchó sin parada
Soy como el mar que refleja tus iras
Soy el todo que no puede ser nada
El vil beso del traidor
no es mas corto ni mas largo
es por pérfido y amargo
diferente en su sabor

No dejas de ser, amor
por tu cuenta y por tu cargo
desvelado o en letargo
paradigma del dolor

lunes, 19 de enero de 2009

Soneto II

Mi vida es una casa sin cimiento
subiendo a su tejado se divisa
un loco que se esconde en la cornisa
rogando ser llevado por el viento

Y el loco que usa el aire como tiento
encuentra rezagado en una brisa
a un ángel que dibuja una sonrisa
sonrisa que borra cada lamento


Regreso de la dulce lejanía
y el ángel no ha venido aquí a mi lado
mas queda su fantástico recuerdo

Y vuelvo al suelo gris de cada día
pero esta vez escribo en el tejado
“Prefiero volar loco a vivir cuerdo”
No toco el fondo,
lo cavo
Y cada vez llego mas abajo

domingo, 18 de enero de 2009

Soneto I

El dolor está a mi lado, acaricio
su cuerpo con las manos congeladas
perdido en la templanza del desquicio
y el odio que dormita en las miradas

maltrata mi existir, por puro vicio
llorando por calles desangeladas
no es grata esta postura, es un suplicio
a un niño sin niñez ni cuentos de hadas

El mundo me cruzó un día contigo
y absurdo me prendí de tus defectos
que anhelo en el confín del abandono

Te quiero y por quererte te maldigo
y encuentro en tus desprecios mas abyectos
un sórdido alivio de desencono

En esta hora...

A la hora de besarte tiemblan los relojes
de gozo y de solaz sobre su calma
sin filo sus agujas lloran sobre el tiempo
y azuzan una hoguera bajo el alba

A la hora de abrazarte laten los cristales
que escriben poesía en tu mirada
roban blancas gotas que cruzan por los mares
tornados hoy en lágrimas saladas

A la hora de mirarte no hay en mis retinas
mas luz que la del gesto de tu cara
dibuja en mis pupilas sombras desvestidas
que quitan toda forma a las palabras