sábado, 23 de mayo de 2009

Metas

Irene y Marco forman la pareja de moda en Alcorisa. Hermosos, cultos y sobradamente inteligentes. Él rechazó la ciudad para trabajar en una gestoría local, estar lejos de casa siempre le ha provocado estrés. Tiene un buen sueldo y utiliza el tiempo ocioso en esculpir su exquisito cuerpo. La bella y simpática Irene también es una deportista consumada, y sale a correr diariamente antes de comenzar la jornada en una agencia de viajes de una población cercana. Allí conoce a Pedro, que todos los años reserva unas vacaciones en solitario.
Irene, espontánea, pregunta al cliente por que viaja siempre sin compañía. Pedro confiesa que todavía no ha encontrado a su pareja ideal, que debería someterlo a una sumisión absoluta, controlarlo día y noche, y negarle cualquier tipo de contacto sexual, pues teme hacerlo mal y destrozar, por ello, una hermosa historia de amor.

Irene mira a Pedro con ojos eléctricos y sonríe. Sonríe con toda su fe. Su cara va a estallar.

Dos meses después, Irene y Pedro, recién casados, aterrizan en el aeropuerto de Kuala Lumpur. Allí advierten la presencia de Marco, que labora como limpiador en dicho lugar.

“He cumplido el sueño de mi vida”, confiesa pletórico el mozo, mientras sostiene con ventura el mocho.

4 comentarios:

  1. Increible.
    Nunca pensé que el final fuera ese...
    Un beso

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  2. Desde luego una historia muy... tuya jaja.

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  3. Sorprendente, nunca se sabe dónde se puede encontrar la felicidad, la mayoría de las veces no sabemos ni siquiera qué es lo que queremos.
    Espero alguna vez cumplir el sueño de mi vida, pero primero tengo que averiguar cuál es.
    Besicos, José Luis.

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  4. Así es la vida! una ruleta que gira y uno apuesta,y si pierde no importa otra vez será ,la fortuna está donde no la esperamos,me encantó leerte! un abrazo!

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