El mundo, eterno pozo de conflictos
Cada cual con su mentira y su verdad
Ilusos, perseguimos con ansiedad
La paradoja de morir invictos
El cielo como celda, allí convictos
La utopía no es la vida, es la bondad
La busco mientras recorro la ciudad
Herido por mil perennes aflictos
No soy el responsable de mis actos
Si el cuerpo no me azota la conciencia
Ni entiendo cuando acaba lo que empieza
Tus gestos son mensajes siempre abstractos
¡Que culpa tengo yo si es la existencia,
un canto sempiterno a la tristeza!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Cuanta realidad desprende este soneto.
ResponderEliminarMe encantó.
Pasaré por aquí más frecuentemente.
Gracias por pasarte y comentar.
Adri.
Cierto lo que dices y me gusta como lo dices.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hermoso...me ha dejado con sabor a realidad y vida sin maquillaje, me gusta tu visión,tu postura y tu manera de contarlo, saludos desde el norte.
ResponderEliminar